RESEÑA
Dr. Fernando R. Contreras Medina
GITTCUS

 

CARSTEN DUTT (Editor)
En conversación con Hans-Georg Gadamer
Hermenéutica-Estética- Filosofía Práctica
Madrid, Tecnos Editorial, 1998.

La editorial Tecnos publica este año una breve entrevista al profesor Gadamer que Dutt hace a comienzos de 1993. La traducción corresponde a Teresa Rocha Barco, quien también introduce una corta presentación con pinceladas biográficas vividas por la propia traductora con el filósofo. Destacamos como curiosidad de estas notas, la poca simpatía de la intelectualidad inglesa frente a este pensador y la opinión de Gadamer sobre que los ingleses estiman la filosofía como un pasatiempos.

La entrevista a este ex-discípulo de Heidegger aborda tres temas:hermenéutica, estética y filosofía práctica. Estos dividen el libro en tres partes.

El núcleo de la primera parte según Dutt es la reflexión de Gadamer sobre la comprensión de las ciencias del espíritu. Gadamer establece el diálogo con la tradición del mundo en vez de tratarlo como criterio valorativo del método de estudio de nuestras empresas científico-espirituales. Dentro de este diálogo con la tradición, el mundo inmerso en el universo hermenéutico posibilita la vida acertada». La hermenéutica nos permite interpretar el mundo de forma verdadera. El centro de toda filosofía hermenéutica es el lenguaje. Comprender y comunicarse en este mundo es interpretar, y además, también el comprenderse a sí mismo.

Gadamer introduce la linguisticidad del hombre como factor obligatorio para aprender. El hombre sólo puede emprender este camino a través de la inclusión de nosotros en los otros»:"Lo que importa no sólo es escuchar cosas unos de otros, sino escucharnos unos a otros . Unicamente eso es comprender".

El autor de la obra Verdad y método» (1960) declara su intención de mostrar que el concepto de método como instancia legitimadora de las ciencias del espíritu es inoportuna. Las ciencias del espíritu diferentes a las ciencias de la naturaleza permiten la relación con las cosas de la tradición de forma renovadora. El conocimiento objetivo se beneficia de esta manera al completarse los conceptos de saber, ciencia y verdad con el de participación. Los métodos son instrumentos que logran buenos resultados siempre que se utilicen allí donde es conveniente. Por supuesto, el problema surge de saber donde es provechoso su uso. La esterilidad del método proviene de la falta de normas para aplicar las normas. El objetivismo histórico es precisamente el error del científico que pretende prescindir de él mismo por asegurar su fé en el método. Para evitar esto, Gadamer introduce su principio de la historia efectiva» que nos dice que para comprender la conciencia histórica es necesario que los esfuerzos hermenéuticos estén codeterminados por un factor histórico efectivo. Es imposible liberarse de nuestra dimensión histórica -efectiva. Para este autor, la tradición no se agota. El contacto con la tradición es una prueba móvil, la tradición no es fija. Un intérprete con la experiencia histórica debería establecer un diálogo o la comunicación con la tradición. De la comprensión obtendrá otro nuevo horizonte. "La interpretación lingüística lleva a la comprensión a identificarse expresamente, es la creación del sentido que se comprende en el encuentro con la tradición".

Finalmente, destacaremos en primer lugar que Gadamer vuelve a dejar claro que el método no conduce a la verdad. No la consume. En segundo lugar, explicaremos de acuerdo a su pensamiento que el lenguaje no es un hecho solitario, ni una cuestión de sujetos aislados. El lenguaje pertenece a una comunidad y sólo de manera comunitaria se desarrolla. Este se realiza sin fronteras entre nosotros relacionándonos unos con otros mutuamente. Todas las comunidades vivas son comunidades de lenguaje y el lenguaje sólo nos muestra su existencia en el diálogo.

Es la segunda parte aquella dedicada a las cuestiones de estética hermenéutica. Si bien la primera parte del libro hace continua referencia a Verdad y método», aquí las referencias son a su obra, La actualidad de lo bello». Gadamer expone la diferencia entre la experiencia estética y la propia comprensión de la estética y la no estética. La experiencia del contacto con la obra de arte o de un texto eminente es un buscar sentido clarificador en una lectura que difícilmente permite la aproximación debido a su insondabilidad. La lectura de la obra de arte es analizada desde la perspectiva de la percepción. Este filósofo para explicar su tesis avanza entre los conceptos de clasicismo y modernidad. Las relaciones entre ambos conceptos, por supuesto, quedan sujetos a las condiciones históricas-efectivas cambiantes. Con ello, asienta la necesidad de conocer el sincronismo entre la obra antigua y lo nuevo para comprender la producción contemporánea. En este sentido, Gadamer asegura una tarea muy difícil. Es la opinión de este autor que la obra de arte dominada por una estética preocupada por la forma (formalismo estético) ha olvidado los contenidos. Por ello, reinvidica una hermenéutica estética. Ello cumpliría con la misión de superar dialécticamente el discurso formal para llegar a otro más rico, repleto de contenidos. Para Gadamer es importante el factor comunicativo en la contemplación de la obra casi siempre ensombrecida por una estética falsa de sentimientos. La obra afirma, es una acción de decir algo a alguien. La dificultad surge aquí, cuando aparece lo que se ha dicho y debemos repensar que es lo que han dicho y que han querido decir; en resumidas cuentas, hacerlo comprensible para nosotros y para los otros. De ahí que para Gadamer la obra de arte sea una experiencia de sentido y como tal un producto de la comprensión. Por tanto, queda claro que la estética al final acaba en la hermenéutica.

Finaliza esta segunda parte con algunas reflexiones a las preguntas de Dutt sobre el texto literario y la lectura. Gadamer a partir de algunas necesarias obviedades como decir que la lectura es comprensión, sino sería deletrear y repetir palabras nos introduce en el universo hermenéutico de la lectura. La lectura entendida como un mundo de conformación que se construye en vista a la unidad de sentido del todo.

Termina la conversación entre Gadamer y Dutt con una tercera parte que plantea cuestiones de la filosofía práctica. La filosofía práctica, en cuanto ética, presenta una clarividencia fundamental, la solidaridad. Según Gadamer, no estamos aquí para crear nuevas solidaridades sino para hacernos conscientes de ellas. La filosofía práctica pretende de nuevo acercar el lenguaje de la filosofía al lenguaje de las comunidades, a partir del diálogo, la comprensión, la lectura, la comunicación o el sentido. Todo ello asegura este filósofo remite a la hermenéutica. Ello es porque necesitamos interpretar. Esta es la dimensión hermenéutica de la ética y de la razón práctica. Esto a su vez nos lleva irremediablemente a comprobar como delante de los acontecimientos se impone no una situación monológica, sino dialógica. Como dice Gadamer:"¡Hay que hacerlo en común!" Las únicas combinaciones que nos posibilita nuestra vida son yo-tú», yo-nosotros» y nosotros-nosotros». Lógicamente, para nuestros problemas prácticos necesitamos del entendimiento mutuo, de la comprensión en este sentido. "Y la comprensión tiene lugar en el diálogo".