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Hannah
Arendt es una
de las más grandes pensadoras del siglo XX, de
origen judío nació en Hannover en 1906. Fue
discípula de Heidegger, Husserl y Jaspers.
Fue una mujer que ha pensado la política desde
la condición humana y la vida del espíritu. |
Vivió
en Alemania
hasta 1933 y, en 1941, tras la ocupación
alemana de Francia se estableció en Nueva York.
Fue profesora de las Universidades de Berkeley,
Princeton, Columbia y Chicago.
También se desempeñó como directora de
investigaciones de la Conference on Jewish Relations
(1944-1946) y como colaboradora de diversas
publicaciones periódicas como Review of politics,
Jewish Social Studies, Partisan Review y Nation.
Dividió
conscientemente sus actividades entre la filosofía y la
teoría política, llegando a adquirir un sólido
prestigio tanto en Europa como en América.
Pensadora
audaz, difícilmente encasillable en ninguna escuela
filosófica, pero al mismo tiempo capaz de
percibir eso de más valor (la vida, la muerte,
el absoluto) que se halla en juego en el corazón de las
cuestiones históricas y políticas concretas.
Dedicó
su vida a la reflexión más honda sobre un tiempo lleno
de contrastes como fue el siglo XX y siempre se mostró
activamente en la esfera pública interesada en la
dignidad del quehacer republicano.
A
la hora de reflexionar sobre el poder Arendt asegura que
el fenómeno fundamental del poder no es la
instrumentalización de una voluntad ajena para los
propios fines, sino la formación de una voluntad común
en una comunicación orientada al entendimiento. El
poder se deriva básicamente de la capacidad de actuar
en común.
Habermas
la definió como una convencida demócrata
radical, su biografa Elisabeth Youn-Bruehl
la presentó bajo una fuerte imagen de
conservadurismo revolucionario. Lo cierto, es que Arendt
era original en materia de pensamiento y nunca quiso
abandonar esa condición.
En
1951 publicó Los orígenes del totalitarismo,
quizás su libro más famoso, al que siguieron textos
tan fundamentales para el pensamiento contemporáneo
como Sobre la revolución (1963), Hombres en
tiempos de oscuridad (1968), La condición humana
(1969), La vida del espíritu (1971) o la
crisis de la República (1972).
Pasó
sus últimos años ejerciendo la enseñanza en la New
School for Social Research, murió en 1975. |